miércoles, 30 de diciembre de 2009

Las pilas están anticuadas

Me gustan los aparatos fáciles. Como mi vibrador. Es sencillo, de tacto suave, mucha potencia, dos botones. Lo malo es que va con pilas, y claro, eso lleva a que pasen cosas como las que me contaba X el otro día.

Para el amigo invisible de este año con su familia, le regalaron un vibrador. Uno de los buenos, de silicona. Ella volvió a Barcelona después de 4 días de festividades, abrió la maleta y se lo reencontró. Bieeen, piensa. Es justo lo que necesitaba ahora.

Pone música, baja la luz y escucha como su compañero de piso Z sale de casa. Perfecto.

Le da al único botón que tiene, pero no pasa nada. Investiga el aparato y descubre que va con pilas y que no vienen incluidas. Mierda. Revuelve todo el piso consciente de que no recuerda haber comprado pilas en los últimos dos años. Mierda de nuevo. Piensa. Piensa más. Mira alrededor. ¡Bingo! La tele, ¡¡El mando!! Abre, hay suficientes, son del mismo tamañao. Ahora sí.

Media hora más tarde, y justo después de estrenar su juguete nuevo, vuelve el compañero de piso Z. X sale de la habitación y se lo encuentra en el comedor. Z coge el mando para encender el televisor. Evidentemente, no se enciende.

- Qué raro, no funciona. Z
- Uy sí, qué extraño, esta mañana si que iba… X

Z, que es un hombre, hace gala de su mentalidad lógica e inspecciona el aparato. Abre la tapa. X me cuenta que se queda petrificada entre su habitación y el comedor sin poder moverse. Se miran. Nadie dice nada. X decide hacer un paso hacia la cocina sin darle mayor importancia.

- ¿Crees que sabrá porqué no habían pilas? Me pregunta.
- Yo creo que no, que no se lo imagina. Es como cuando voy al chino a comprar pilas pequeñas.


X se ríe, y luego pienso en las veces que he compartido piso, o incluso cuando vivía con mis padres, y si alguien se preguntaba porque no salía de la ducha en tres cuartos de hora.

martes, 29 de diciembre de 2009

Sabiduría

La persona más sabia que conozco es una mujer. No pasa de los 35 años. No ha estudiado ninguna carrera. La ha criado una monja. Trabaja de cocinera.

La persona más sabia que conozco también es la tía más buena que he visto en mi vida.

No recuerdo dónde leí que conocimiento era el entender algo, y sabiduría el aplicarlo.

Cuando conozco a un chico que me gusta mucho, procuro no tardar en presentárselo. A mí las emociones me ofuscan el raciocinio, así que me gusta saber su opinión.

El último que me tenía entusiasmada también me tenía confundida. Muy inteligente, lingüista, mucha fachada, y poca experiencia con mujeres.

Recuerdo que lo vió, cenamos, y cuando terminamos, fuimos al lavabo y me dijo lo siguiente:

- Es un pardillo. Bastante gilipollas. Si te gusta, le tienes que dar mucha caña.

- ¿Cómo se da mucha caña? inocente yo, pregunté.

- Tienes que pensar en un perrito. Son muy monos, y te gustan mucho, pero has de ser dura e inflexible y enseñarle dónde pueden mearse y dónde no.

No le hice ni caso.

No funcionó y además me quedé bastante jodida. Aprendí varias lecciones vitales.

El otro día la llamé. Esta vez me fui con la libreta y el boli mentales.

- Vale, tenías razón. Le dije.

- Ya lo sé.

- ¿Hay algo que me pueda servir en general con los hombres?

- Claro. El secreto, es tratarlos a todos mal.

- Buf, yo no creo en eso, no soy así. Si me gusta, me gusta mucho. ¿Además, que es tratar mal?

- ¿Sabes cuando le gustas a alguien y a ti no te interesa y sin quererlo pasas olímpicamente de él y haces lo que te da la gana y él siempre está ahí esperando e insistiendo?

- Sí. Alguna vez me ha pasado. Pero ha sido sin querer.

- Bien, pues así con todos.

lunes, 28 de diciembre de 2009

"Y uno aprende" Jorge Luis Borges

Y uno aprende

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma.

Y uno aprende
que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad.

Y uno empieza a aprender...
Que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas.

Y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos.

Y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
Y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.

Así es que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
uno aprende y aprende...

Y con cada día uno aprende...

sábado, 26 de diciembre de 2009

Actividades que me ponen de buen humor

Para inagurar esta página en blanco, voy a escribir una lista de actividades que luego seguro que me arrepentiré de haber publicado. Como pasará más a menudo, mejor rompo el hielo ya.

Navidades. Pastillas y alcohol. Frío. Años. Familia. Dudas. Melancolía. Noche. Estufas.

paso 1.- Hacer una lista spotify con las canciones que más te gustaban a los 16 años.
paso 2.- Ducharse con la música a todo trapo.
paso 3.- Masturbarse.
paso 4.- Secarse el pelo.
paso 5.- Seguir masturbándote.
paso 6.- Entre el pelo y la masturbación, bailar en el salón ese HIT que merece toda la entrega que puedes dar una vez estás desnuda y sólo los vecinos podrán apreciar. Importante tener las cortinas descorridas. Sin un público imaginario, no es lo mismo.
paso 7.- Bailar el segundo HIT, esta vez, el baile que sea más sexy. O no, en realidad da igual.
paso 8.- Acabar con el pelo y la masturbación.
paso 9.- Ya estás de excelente humor para hacer lo que sea.
paso 10.- Sal de casa.