jueves, 30 de diciembre de 2010

Recuento guay en datos del 2010.

Ante todo, ratifico que sé perder el tiempo estupendamente.

2010 es el año que más veces he estado enferma de verdad e imaginariamente. Lo que ha provocado que dejase el trabajo, las drogas y la nicotina. Ahora estoy en paro, sólo tomo café y me subo por las paredes de día mientras sueño que fumo sin parar por las noches.

También, en los últimos meses he vivido en 6 pisos distintos y he dormido, un año más, en innumerables sofás. De estas experiencias concluyo que:

La cama de Isabel es la mejor de este año, del anterior y de los últimos 5. Roble macizo de 2 metros x 2 metros, colchón tipo futón de látex y un 5% de algodón, ropa de cama suave y de colores bonitos, almohadas de pluma de oca y la entrada de una luz indirecta hacen de su dormitorio un sitio sagrado a venerar (por mi al menos).

El puesto para el mejor sofá del 2010 está reñido. En “Can Peligro” tienen uno en forma de L y tacto de toalla rizada que está muy bien. Varandelins tiene otro parecido y con gato cariñoso incorporado. Pero mi padre usa uno feo, feísimo de piel verde botella y de aspecto hortera, que es la hostia. Es arrimarse y caer en coma, así que Primer Premio de Sofá de Castelldefels (morada paterna).

Los compañeros de piso son un género aparte. Mención especial para el Hombre del Comedor, un tipo extraño que habitaba en el hogar de Rubia Preciosa, muy amigo del tipo que sólo se alimenta de papillas o chocapic porque así no ha de cocinar.

“Te lo llevo” es un servicio de mudanzas y arreglos en el hogar compuesta por 5 brasileños jóvenes, cachas y muy simpáticos y un catalán. Sin lugar a dudas, después de varios traslados, la empresa del año.

Descubrimiento alimenticio del año: Turrón de yema y crema de la pastelería Foix. Eso es perfección hecha azúcar y los demás turrones, basura. Un lujo para personas con paladar.

Momento más gremlin: sin lugar a dudas, el post-primavera sound. Relatado en “Las braguitas del mes punk”.

La mejor y peor película del año: difícil. Me he dormido en muchas. Me ha sorprendido gratamente Shutter Island porque puedes dormir en el medio y sigue teniendo coherencia el discurso fílmico. Casi me atrevería a decir que gana.

La canción del año es un descubrimiento reciente, de hace unas horas de hecho. Se trata de una versión de un temazo cantado por La Lupe, ese pedazo de vozarrón cubano que en paz descanse. Pa’ bailarlo, pinchar aquí.

El 2010 también pasa a la historia por ser el primero que tengo marido y esposa. Henry Write y Rubia Preciosa. Si eso no es estar casada, que venga Ratzinger y lo niegue.

A este año que termina, darle las gracias. Ha sido incluso mejor de lo que esperaba. Y me lo dedico a mí, porque empezó increíble y lo terminaré con la cabeza bien alta.

Para el 2011 me pido estallar en éxito. Montármelo de puta madre, que vuelvan las pesetas y que el mundo vaya un poco menos mal.

También quiero viajar mucho, reírme más de todo y besos y abrazos a tutiplén.

Amén & Feliz Año Nuevo.


domingo, 26 de diciembre de 2010

Salto de Fe

Rubia preciosa explicó una de las historias más crueles que he oído sobre el amor infantil.

A los siete años, ella, criatura salvaje que corría feliz por el campo, fue solicitada como novia por un niño de su clase. Pau. Alto, inteligente, guapo, mayor que ella. De 7 años y medio ya. Rubia Preciosa se sintió elevada en el firmamento de las escogidas, ella, cenicienta sucia y proletaria. Un honor y una felicidad indescriptible llenaron su tierno corazón, y sonrojada, le dijo que claro, que sería su novia.

Esa tarde, cuando los mayores les vieron juntos en el patio, recriminaron a Pau por ir con la rara de la escuela. Pau entonces le dijo a R.P. que serían novios en secreto, que al día siguiente cortaría con ella en la hora del recreo, cuando más gente había, pero que le guiñaría un ojo, para que supiese que era falso, que en realidad el suyo era un amor secreto.

Al día siguiente tal como dispuso Pau, cortó con ella en el patio, y cuando ella le guiñó el ojo, le ratificó que no, que iba en serio y que no le hiciese señas extrañas.

Ese fue el primer momento que Rubia Preciosa experimentó la humillación por amor, y la lección, le quedó bien grabada.


Ay, el Amor.

L’amourrrrrrrr… Hacer cucharilla por las noches. Los besos por la mañana. Cogerse de la mano. Acariciar. Que te acaricien. Dar. Recibir. Sentir. Ser. Hacer. Querer. Amar.

17 millones de usuarios en el Badoo esperan encontrar sexo.

349 millones del Meetic, su media naranja.

Seiscientos años de filósofos rompiéndose la cabeza con el tema.

Miles de litros de lágrimas.

Movimientos artísticos.

Novelas.

Películas.

Miles de euros gastados en celebrar uniones.

El creador de Chocolat Fudge de Ben & Jerry’s, forrado.

Suicidios.

Arrebatos.

Locura.

Prozac.

Nacimientos de nuevos seres.

¿Por qué no me enamoro? Se pregunta a veces Rubia Preciosa conmigo delante.

Pues bien, preciosa mía, yo creo que es porque eres una de las personas más lúcidas que conozco. Esto raro del amor es algo así como entrar dentro de una película. De hecho, es como la escena del puente de Indiana Jones y la última cruzada. ¿Te acuerdas? El papá de Indie, Sean Connery, está fatal, a punto de morir, y sólo el cáliz que convierte en inmortal a quién lo bebe puede salvarlo. Indie va a buscarlo, pero para llegar a él tiene que atravesar un precipicio que sólo se puede salvar con fe. Me explico: su padre le ha explicado en el primer acto que sí existe un puente, sólo que no se ve, y que para pasar al otro lado tiene que creer de verdad que existe ese puente. Si hace el intento y no se lo cree, caerá en el abismo. Pues con el amor igual! Hay un puente invisible, y tú quieres pasar al otro lado, te da que hay premio seguro, uno gordo, pero oh, cuidado, para pasar hay que tener fe, mucha fe en la persona que te dice que seguro que no caerás. Tú miras abajo y te estremeces, porque no se ve el final del precipicio. “Está loco”, piensas, y eso te salva de la hostia letal que es tener fe en alguien que ni siquiera te ha pedido que cruces. Pides pruebas de confianza para tener ese acto de altruismo. Normal, estamos hablando de lanzarse al vacío. No hay vuelta atrás en ese salto. Es lógico que te lo pienses dos veces antes de tirarte.

La gente está loca. Y desesperada por no estar sola. Y eso crea mucha confusión con el lenguaje, y autoengaños por la cara. Él dice “son las tres menos cuarto” y ella se tira de cabeza al puente. ¡¡Plafff!! Tres costillas y el ventrículo izquierdo hecho trizas. “Pero si ha dicho que me quiere todo el rato, no entiendo nada”. Y al revés también. Da igual que seas pobre, rico, americano o de Vanuatu. El mundo está lleno de extremistas emocionales: Masoquistas. Inconscientes. Inmaduros. Y así nos va, o nos ha ido a algunos durante un tiempo.

Tú, mi amor, estás protegida desde los siete años por la cordura. Y menos mal.

Indiana Jones y la última cruzada.

martes, 21 de diciembre de 2010

En la mina.

*El siguiente post es para Henry Write, que dice que las mujeres no sabemos lo que es haber sido un hombre y haber picado piedra. Cierto, soy una mujer, no un hombre, no sé de vuestras penúrias, pero te digo que algunas, pardillas nosotras, hemos picado mucha, muchísima piedra y que es peor, porque no es nuestro sitio.

La definición del Wikipedia:

Se denomina minero a la persona que se encarga de excavar minas para extraer minerales.

Las principales ocupaciones de un minero incluyen taladrar la roca con picos y palas o utilizando herramientas eléctricas para extraer el mineral, apuntalar los túneles con soportes de madera para impedir su derrumbe, desplegar vías para el transporte de la piedra o cargar el mineral en vagonetas para su transporte al exterior. El trabajo de un minero en el interior de la mina es duro.




La historia:

Corría el año 2007, para ser concretos estamos en la noche del estreno en el Festival de Sitges del Orfanato. Yo llevaba varios días instalada en el pueblecito costero ayudando a ex novio director y a amigo productor a conseguir contactos internacionales para coproducir una película. Esa noche iban a estar muy ocupados saludando a gente, pues venía toda la fauna y flora de la cinematografía catalana, así que desde bien temprano, me mezclé con el gentío a la espera de ver a algún grupo de amigos al que poder unirme sin que se dieran cuenta para ver la proyecciónn. Pronto localicé a uno muy divertido y como quién no quiere la cosa, me senté a criticar con ellos nosequé. Tomamos algo, vimos la peli, nos colamos en la fiesta que hacían después y con la gracia que da saber que en realidad cuando se acabe todo te esperan para ir a dormir, me reía y disfrutaba de la noche con uno en concreto del grupo del amigo divertido.

Uno en Concreto flipó bastante cuando me marché y supongo que por esas cosas del ego masculino y el reto no logrado, estuvo un tiempo enviándome mensajes y bonitos mails para volver a quedar. Quedamos, no porqué me acordase de él si no porque era muy gracioso, y a mi el humor me puede. Recuerdo como si fuese ayer estar en un local y verlo bajar por las escaleras. Se parecía a Alain Delon pero con el pelo un poco más largo. Incluso me giré hacia atrás por que no las tenía todas de que fuese conmigo con quién hubiese quedado ese chico.

Alain Delon 2 era un amor. Me contó que jugaba a basket semi-profesionalmente y que salía de una relación de 10 años. Que se había comprado una casa fuera de Barcelona, en un pueblecito en la montaña y que lo único que ocupaba su corazón por el momento y sin intención de ampliar la plantilla, era su gata, Nina. Tenía ocho mil quinientas barreras para no volver a sufrir y sin embargo se pidió otra copa y me hizo tres chistes más.

La noche se alargó. Mucho. Y a partir del día siguiente los mensajes y los mails se repitieron por decenas a la semana durante atención, 6 meses. Si no le hacía caso, me escribía, me decía cosas dulces y me hacía reír hasta que le invitaba a salir. Entonces ponía cualquier excusa, normalmente el basket (así pasó de ser Alain Delon a ser el Basket). Yo me sentía fatal por el rechazo, pasaba de él y otra vez la misma rueda. Mientras, hacía mi vida, pero el imaginario del imposible era potente en esos entonces, y yo le suponía mil cualidades inventadas e imbatibles que iban por delante de las reales que pudiese tener otro chico que sí quería quedar conmigo en persona. Pero a mi me gustaba el Basket. Era tranquilo, muy divertido y de valores nobles. Y no daba el brazo a torcer.

*****

Llegó un momento que incluso escribía primero yo, y al final, pasaba lo de siempre.

Un día mandé a la mierda al Basket. Él se sorprendió mucho. Y ahí se acabó la tontería.

Hace poco iba con mi hermana a comer por el centro, íbamos leyendo los carteles donde anuncian el menú los restaurantes y al subir la vista de uno de ellos, me encontré de cara al Basket. Me tenía a menos de medio metro y no me reconoció. Eso o es un tremendo actor.

Las conclusiones:

Todos y todas hemos picado piedra, un poco al menos, y hemos estado de los dos lados, de minero y de mina. Yo también he sido mina, me acuerdo una vez que se enamoró de mi el chico del videoclub de delante de casa en Austrailia. Pasé de no tener nada, a televisor enorme, vhs o dvd, no recuerdo con qué veíamos las pelis en esa época, un pase all can you see más invitaciones a fiestas, de todo… incluso quería presentarme a sus padres. Es agradable que te alimenten el ego pero muy feo dar falsas esperanzas. Las cosas claras por favor, que hay mucho por disfrutar y pocas ganas de perder el tiempo.

Como direcciones vitales en este campo, tengo 3:

De Rubia Preciosa-> ella incorpora a su quehacer sentimental responder según el deseo de su objetivo. Le pone gustar. Se alimenta del deseo. Y a mi me parece muy sano.

De un libro sobre relaciones entre hombres y mujeres-> explican que las relaciones, también las de amistad, deben ser vistas como un partido de algún deporte. Has de tener presente siempre el marcador, porque si sumas muchos puntos, vas a esperar lo mismo, así que hay que ir despacio, dejando que se equilibre el resultado. Que no hay puntos por el otro bando, pues cambio de jugador.

Propia-> yo procuro estar atenta a quién me pide jugar conmigo.

Y repito por enésima vez: Solomillo – Quieto, muy quieto - Escaparate.

Bibliografía recomendada.

*El efecto groupie o de alimenta-egos está muy bien explicado en este capítulo de How I Met Your Mother (sitcom yanqui de la CBS)-> Temporada 5, capítulo 16 "El Anzuelo"

*Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Cosas que nunca pensé que comería y que ahora alucino que haya pasado tantos años sin ellas.


Este podría ser un post sobre sexo. Pero no. Va sobre comida.


Mi vida se ha regido por el blanco o el negro. Por el todo o nada. Por el amor más exagerado o la indiferencia absoluta. Y con la comida, claro, no iba a ser menos. El tener dos personas contrarias dentro de una misma despista mucho a los conocidos. Un realizador con el que haya trabajado en época de nervios, delgadez y descontrol me recordará como alguien capaz de pasar dos días con un conglomerado de crispis de chocolate y varias cervezas como único sustento. Otro con el que hayamos compartido una producción más tranquila, sabrá cómo me las gasto en los restaurantes. Conozco los platos, los chefs, las escuelas de cocina de la zona y hasta puedo describir los diferentes matices de un plato del Noti. Y eso que fumo y dicen que la nicotina atrofia el gusto, además del olfato. Bueno, quizás he exagerado un poco, pero vamos, por ahí va. Soy tan repelente con la comida que de pequeña me llevaba una pasta concreta si iba a pasar el fin de semana a casa de una amiga por si su madre hacía sopa. Pero eso tiene tanta miga que merece una explicación aparte. Ahora bien, también podría comerme a un compañero sin problemas en caso de accidente aéreo rollo Viven.

Lo único que no me gusta es el queso. Me encanta su textura, a nivel visual, la delicadeza con que se come, que en Francia los adoren, que la pizza sea quizás, la comida más cool y romántica sobre la faz de la tierra, la sencillez perfecta de un sandwitch bikini y la nata, tan sexy. Pero no puedo con su olor, y eso me ha hecho rechazar otros alimentos que guarden cualquier parecido con los lácteos durante décadas.

Por suerte, hubo tres momentos clave en mi vida, que por casualidad, como en los grandes descubrimientos, abrieron las puertas de mi estrecho cerebro.

1.- El primer descubrimiento vital sucedió en una playa de Formentera hace 5 años. En esos entonces estaba con la única persona suficientemente interesada en los misterios del mundo como para ser mi pareja, y lo único que había para comer a muchos kilómetros a la redonda, eran bocadillos de aguacate. Por desgracia nací con hambre, mucha hambre, así que sólo le costó un par de horas convencerme que eso verde era una hortaliza y que aunque de aspecto cremoso, no contenía ningún lácteo. Todavía no sé si me alegro o no del hallazgo. Dios. El aguacate. La perfección hecha ¿verdura? ¿fruta? Qué más da. El caso es que crece en árboles, es natural, es suave, se deshace en la boca y combina con todo.

El aguacate desde entonces ha pasado a ser mi top one en hortalizas.*

2.- Años más tarde, a mis 30, vino a Barcelona una buena amiga que había vivido mucho tiempo en Francia. Su paladar, digno de mi confianza, me hizo probar su plato preferido. Y cómo no iba a hacerlo, después de ir al Mercado de la Boquería, hablar con los tenderos, llamar a un amigo cocinero francés y que preparase lo que iba a desterrar, para siempre, al chocolate consolador. El foie. Fuuuuuuuá. Otra sorpresa y otra bofetada a mis prejuicios imaginarios sobre los alimentos con aspecto cremoso o blanditos, susceptibles de contener lácteos. El foie es… es... es lo más. Huele único, como el perfume a puta de lujo francesa que usa Rubia Preciosa en su habitación. Sabe a algo por lo que merece muy en serio estar viva. Y compartirlo es erótico, aunque no sé si los otros comensales experimentan un placer parecido porque estoy muy concentrada en lo que siento yo.

Lo malo del foie es que engancha. Lo bueno es que las reuniones de trabajo con Cicatriz que son semanales y constan de foie con vino, no se las salta ni dios.

A día de hoy, también he de decir, que Rubia Preciosa y yo estamos a un paso de ir directas al infierno de los patos.

3.- El último descubrimiento fue hace nada, apenas un mes. Trabajando por amor al arte en un proyecto de cine, mi buena acción fue recompensada en forma de cuarenta y dos kilos de puro talento a sumar en mis equipos de rodaje. Descubrir y fichar cracks, me encanta.

Super Ayudante de Dirección es la mesura hecha mujer. Es coherente con sus principios y entre ellos están el ser perfecta en su trabajo y comer de manera sana. Sanísima y vegetariana estricta además. Mi instinto explorador hizo que mantuviese a raya las críticas por estar tan delgada o por no emborracharse y un día, la invité a cenar a su sitio preferido. Por agradecimiento y porque quería sentir ese equilibrio dentro de mí. Me llevó a un sitio que se llamaba "l'Hortet”, traducido, "La huertecilla". Situado en el centro canalla de la ciudad tenía un servicio y un público femenino de aspecto medio lesbiana, medio recepcionista, medio soy de pueblo. Después de tres cuartos de hora, me decanté por un plato de verduras ecológicas con fideos de nosedónde y tofu. No era mi primer encuentro con el tema tofu. Lo había visto flotar , molestando, en la sopa miso. Sabía a lo que me enfrentaba: cuadraditos blancos, blanditos, y llamados (por algo sería) el queso japonés. Pues nada, pensé, lo aparto y listos.

- Tienes que probarlo. Es blablabla y lleva blablabla. Te juro que no sabe a queso. Es soja concentrada.

Uf. Venga, vamos allá. Si ella lo dice, yo lo pruebo.

Y el local de lesbianas recepcionistas de pueblo cambió. Era un local de sabias. El tofu ahumado de las verduras era salud y ellas sus acólitas. Nunca una comida me sentó tan bien.

Cada vez que descubro algo nuevo que me entusiasma pienso en todo lo que todavía me queda por conocer y me alegra mucho. Me voy feliz a dormir. Mucho más que cuando aprendo algo nuevo sobre mi MacBook.


*sé que el aguacate es una fruta. Era una licencia "artística".









domingo, 28 de noviembre de 2010

La niña vs. la mujer

Una noche escuché a una chica preguntar lo siguiente al grupo de chicos que había en el comedor:

Imaginad que llegais a vuestro hotel, es tarde, como las dos de la mañana, vais al bar a hacer la última copa y al pedir, os dais cuenta que hay una chica sollozando en la otra punta de la barra. Os acercais para ver si está bien y resulta que es Natalie Portman. Está muy disgustada porque ha discutido con su novio. Os explica todo el asunto y lo harta que está mientras se seca las lágrimas. Está adorable. Con su diadema azul cielo y su lacito a juego de la camisa abrochado a la altura del cuello.

Antes de terminar la copa se encuentra mucho mejor. Justo la llaman por teléfono. Es él. Os pide que la espereis, que quiere seguir hablando con vosotros después y sale del bar para atender la llamada.

Os giráis para pedir una segunda bebida cuando ois al otro lado de la barra a una rubia hacerle un chiste genial al camarero. Levantais la copa, brindando por tan agudo comentario y la rubia os devuelve el saludo y os pregunta el nombre. Es Scarlett Johansson. Pasan los 15 minutos más divertidos del año. No sólo es divertida, es super sexy, genial y está un poco borracha.

Natalie Portman vuelve al bar con una media sonrisa y haciendos morritos. El barman anuncia que cierra pero que tienes un minibar en condiciones en la habitación.

¿A cual invitas a tomar algo?

Siglos más tarde estrenaron “500 días juntos”, una peli donde la prota es Zooey Deschanel, un ángel delicado, frágil, grácil, hasta podríamos decir que vintage… la quintaesencia de la feminidad juvenil, pura, pícara pero intachable. Más bien, intocable. Una figura añiñada fabricada al milímetro para enamorar.

Recuerdo el cabreo general por parte de las féminas en el cine. En ese momento pensé que era envidia, a mi la chica me parecía que estaba perfecta en el papel de “sopla gaitas qué misteriosa y especial soy”. Aparqué el tema y me quedé con la maravilla de montaje y guión de la peli en la cabeza.

Hasta ahora.

Me viene de nuevo a la cabeza después de oír a un amigo con el que quería ser más que amigos en esos entonces, decir “Zooey Deschanel es mi novia”. En ese momento, la broma, me hizo gracia. Dos horas de reflexión más tarde, me hizo menos.

A ver, analicemos:

¿Tu ideal de mujer es una chica que se viste de monja mod y hace caritas y videoclips de niña buena de 13 años?

¿Una princesita a tonos pasteles que entona cancioncitas pop ideales para preparar el desayuno?

¿Una niña con medias hasta la rodilla adorable de mirar y que te hace dudar si estaría bien o no insistir para quitárselas?

Sólo le falta la cruz.

De niña no tiene nada. Ese tipo de mujer sabe jugar a los espejismos y la manipulación mejor que Maquiavelo. Sabe que no es muy guapa, así que expone una postal perfecta para mirar en plano general. Conoce el poder del silencio y cual es su tipo de víctima. Y yo me pregunto, y me froto las manos, qué hará y qué pintas llevará cuando tenga 40. E incluso menos, con 35.

Me quedo con Scarlett. Vamos, de lejos. Ella es curvosa. Sensual. Tímida. Sensible. Menos producida. Que en un plano corto se la ve vibrar, para bien o para mal. Que le gusta el rock y canta cancioncitas de las de bailar mientras te desnudas para ir a la ducha. Ella también tiene una niña dentro, pero es una mujer.

Scarrrrrrrrrrrlett ....guapa! Aquí vídeoclip con Pete Yorn.

y fotos.







pd.- No por casualidad Natalie Portman hizo Closer justo cuando su foto nos hacía bostezar más que un lunes.


pd.2.- Todo el rollo de la deschanel y sus lazos me hace pensar en el puritanismo y la adolescencia alargada in eternum de la sociedad desarrollada del primer mundo. Pero como es más de lo mismo, ahí lo dejo.







jueves, 21 de octubre de 2010

la belleza está en el interior

y una mierda.

suelo oscilar de peso cada dos años aproximadamente. Ahora vuelvo a estar delgada. Arte y gracia de dos rodajes de la muerte, una intoxicación y un accidente. Otras hacen dietas, yo, bueno, vivo como puedo.

el cambio es increíble. He pasado de invisible/simpática a pérdida de papeles con tropiezos y tartamudeos incluidos.

de ignorarme a decir sí antes de que pidiese por la boca.

esto es así. Tan cierto como que sale el sol cada día. La belleza es injusta.

da igual que sea una enamorada de la literatura. Una aventurera. Que me gusten las sepias. Y hacer manitas en el cine. Cuando estoy buena, obtengo sumisión diga lo que diga.

lo que no cambia es mi estatus en un club de pollas.

Un club de pollas es esa empresa, en mi caso productora, donde los que mandan y hacen el trabajo "creativo" son hombres. Ahí soy menos que la recepcionista. Soy un mero "pusher botton" que dirían en Singapur. Soy un robot con tetas que ejecuta órdenes y sonríe cuando toca. Da igual que tenga criterio y hasta buen gusto, en las reuniones se dirigen a mi immediato colega masculino. Como cuando preguntas en castellano y te contestan en japonés. Pero peor.

me da igual. Ellos se lo pierden. No voy a hacer el mínimo esfuerzo en que me vean. Me limitaré tal como muchos quieren, a sonreír mientras pagan. Y a no volver a contestar el teléfono para trabajar en sitios así. Procuraré enviar mis proyectos con pseudónimo de hombre de pelo en pecho y mientras tanto, me voy a subir el sueldo. Por lo menos, ya que estoy guapísima, les voy a salir bien cara.

jueves, 14 de octubre de 2010

Hijos del zapping


Soy una chica complicada, y con el pelo, no iba a ser distinto. Como con tantas otras cosas, hago un riguroso casting y una vez encuentro al mejor, no lo suelto. Los que me conocen bien lo saben y por eso van al mismo mecánico, al mismo dentista, al mismo japonés, al mismo gestor,.. al mismo de todo.

Hoy he ido a la peluquería, para sentirme otra vez como una actriz de cine negro gracias a las manos de Fess.

A Fess lo descubrí por casualidad al acompañar a un amigo a cortarse el pelo en un sitio para guiris. Acababa de llegar de Dubai para quedarse a vivir en Barcelona, por amor, y aunque se dedicaba a la moda había fichado por ese local de barrio.

Desde entonces ir a la peluquería es un placer. En sus manos soy una diosa, y él, mi creador.

Hoy Fess estaba soñador. Me ha dicho que se largaba en un mes a vivir a Londres. Bueno, he pensado, no está tan lejos. Iré cada tres meses. Pero no, piensa ir a allí a hacer dinero y luego quiere hacer dirección artística un año. En cuanto termine ese año su idea es mudarse a Hawaii a terminar su formación como submarinista (que no se él, pero tengo la misma certificación y no sabría volver sola ni a la superficie) y una vez fuese submarinista profesional, su idea es mudarse al sur de Tailandia donde unos amigos tienen un hotel. Allí sería guía y fotógrafo submarino.

Lo iba mirando mientras soñaba despierto y pensaba en qué momento se daría cuenta de que tenía un don con las mujeres muy cotizado y que oler a neopreno todo el día no compensaba nada, aunque fuese viviendo en el océano índico. Yo ya había hecho ese viaje mental antes. En mi caso era en el Sinaí y luego ya se vería.

- ¿Cuanto tiempo llevas aquí trabajando Fess?

- A year and eight months sweetie.

- ¿What do you think of local men?

- Very boring here darling.

Claro. Todo cuadraba. ¿Quién era yo para poner en duda sus fantasías teniendo esa edad cuando a mi me pasaba lo mismo? A los tres meses ya me sale el proyecto de turno por las orejas, y al año y medio tengo tal depre que lo mejor que puede pasarme es que me despidan. He sido productora, jefa de producción, reportera, redactora, científica amateur, viajera incansable y ahora ayudante de dirección. Y si mañana surgiese algo nuevo muy interesante para allí que me lanzaba.

Un año y ocho meses en el mismo trabajo es una eternidad.

El invierno sin amor, un suplicio.

Me acuerdo hace años que nos quejábamos de que no teníamos nada por lo que luchar. Ahora los tiempos han cambiado. O no sé si antes también pasaba y es algo que sólo notas sobre los 30. Quizás el reinventarse es necesario para los gays y para las mujeres sin hijos. Yo que sé. A lo mejor como el curro que hay no es para volverse loco, pues también se hace necesario ir variando. No lo sé.

Lo que si sé es que no voy a aceptar un trabajo fijo ahora mismo. Que la idea del libro sobre cineastas de ahora coge forma. Que me largo a Berlín a ver a Anaïs. Y luego a Madrid a trabajar. Que todo es posible. Que cuando me lavan el pelo se me activa el lado derecho del cerebro. Y que somos hijos del zapping.

Así que gracias Fess, por tantas revelaciones. Ha sido un placer conocerte. Si aprendes castellano y lees esto, déjate de hostias submarinas, lárgate de aquí y si necesitas pasta para abrir una peluquería, avísame, que haremos negocios.

miércoles, 13 de octubre de 2010

¿Puede un hombre sonreír cuando contempla a la mujer más triste del mundo?

“Sé que nunca seré feliz, pero puedo ser muy alegre.”

“Eso es porque cualquier hombre se siente feliz al mirarte.”

Este es parte del diálogo que Arthur Miller escribió para su mujer, Marilyn Monroe, en la película Vidas rebeldes.

El pasado domingo (o hace ya más domingos, he perdido la noción del tiempo) le dedicaban un extenso artículo a la actriz con motivo de la próxima publicación de sus poemas, inéditos, que rebelan una personalidad melancólica, triste y depresiva. En ellos se lamenta de lo sola que se encuentra, se muestra muy insegura y no se ve nada bonita.

En el texto hablan de su constante búsqueda interior, de sus cambios de humor, sus crisis de ansiedad, de un insomnio galopante y de una adicción al alcohol. Les extraña que alguien tan bello y con tanto talento se quitase la vida a los 36 años. A mí no. Sé muy bien de lo que habla Marilyn.

Su mentor, Lee Strasberg escribió a su muerte: “Otras personas poseían mayor belleza física, pero ella poseía una cualidad luminosa: una combinación de tristeza, resplandor y ansia”.

También me estremezco, hoy de hecho he llorado un rato, al leer a Virgina Woolf. La escritora era una tipa dura, con autocontrol, con éxito, con talento, de conducta muy liberal y con un matrimonio perfecto, y aún así se sentía sola, triste y desesperada. Tardó un poco más, pero también se levantó un día y dijo basta.

Las etapas desquiciadas de Virgina Woolf también me suenan. Yo creo que he estado ahí, y por nada del mundo quiero volver al agujero negro. Sé que los episodios son recurrentes, pero aparto rápido ese pensamiento. Sólo me pregunto de dónde sale esa angustia y cruzo los dedos para estar remando en la dirección adecuada.

Fuck you. O el bonito arte de soltar lastre.


Ya hace un par de años que mandé el listón a la mierda. Y un par de meses desde que me dieron el alta. Así que no soy yo. Esta ciudad esta maldita.

J, gran amiga, es también una mujer preciosa. De 50 proporcionados kilos, larga melena ondulada, ojos verdes y muchas pecas, es también una periodista de éxito.

Al revés que el 99% de mi entorno femenino, ella quiere sexo sin compromiso y risas sin final. Para ello utiliza toda su gracia, que es mucha, con resultados de lo más extraños. Recuerdo un día que estábamos en una discoteca donde sólo ponen rock’n’roll y es famosa por ser el sitio dónde acaban los borrachos que no quieren dormir solos (como nosotras), que se estaba dándose besos con uno. Hasta ahí, nada nuevo. Cerraron y en la puerta al despedirnos el grupo que habíamos ido daba su lugar en el taxi como perdido, pero no. Al final J subió conmigo, y me contó que el chico la había mandado a casa porque él el primer día que conoce a alguien por norma no mantiene relaciones sexuales. Pensé qué que suerte la suya, una persona con ritmo tranquilo e interesante, pero no volvieron a verse. Bueno, quizá no le gustase lo suficiente. Archivamos el caso.

Tiempo más tarde conoció a otro que me presentó. El chico estaba entusiasmado. Salieron un par de veces y ambas la acompañó hasta la puerta de casa despidiéndose recatadamente. Bueno, otro de tempo lento. Bonito.

Por fin un día subió a su casa, pero a la hora de irse a la cama él le sugirió pasar la noche durmiendo abrazados. Qué romántico pensaba yo de nuevo mientras ella me lo explicaba subiéndose por las paredes. Tres intentonas más sin resultados sexuales ya empecé a sospechar. Esto no es normal. Aquí pasa algo raro.

Amigas enganchadas a una posible respuesta. Mujeres desesperadas por migas de afecto. Catalanes extraterrestres. Curvas sin acariciar. Períodos de abstinencia absurdos.

Y encima, que pase noviembre! Con su frío, sus lluvias y su gris monotema.

A ver, chicas, ya tenemos mucho aprendido: el solomillo, la teoría del cazador y la ley de la oferta y la demanda. Yo me niego a picar más piedra. Me largo de aquí.

Señor inglés que insistes en verme: there i’ll go.

Viaje repentino a Alemania: en calendario.

Extraño trabajo en Madrid para invierno: sí a todo.

Lo reconozco: me marcho en busca de acción.

sábado, 2 de octubre de 2010

La desesperación se ve en la mirada y se huele en la distancia

Me resulta desconcertante que la misma persona que cree a pies juntillas y que escribió ¿llamo o no llamo? o La Carnicería, sucumba a la primera de cambio en tres infracciones seguidas: llamar, volver a llamar e insistir. Muy fuerte. Es como si a un profesor de matemáticas se le olvidasen las tablas de multiplicar.

Como excusa, sólo llego a las hormonas. Si hubiese un doctor en la sala, especialista en psicología a ser posible, seguro que nos lo podría explicar con mejores razonamientos, mientras llega, ahí voy.

Dentro del amplísimo abanico de personalidades que existen, me voy a centrar en tres que valen para ambos géneros, aunque sólo voy a tratar el femenino: las que tienen la autoestima alta, las que no y las que gozan de un autocontrol de karateka de élite.

Las mujeres que tienen una autoestima alta actúan como una onda. Tú vas y tiras la piedrecita, y según qué tires y cómo, responden. No hay piedrecita, tabula rasa en el agua. Rubia Preciosa es así. Yo a veces, también soy así. Que te seduzcan es muy sexy. El interés en ti de un hombre puede despertar el tuyo y si quiere, incrementarlo.

Este primer grupo, sólo piensa en sexo y amor con piedrecitas interesantes.

Las mujeres con una autoestima menos alta son ondas y en vez de piedrecitas, ladrillos. Esto es porque también desean sexo y amor pero no piensan. La falta de autoestima bloquea las hormonas y hace que actúen de un modo impulsivo sin tener en cuenta el ritmo interno de los acontecimientos. Empiezan la partida de ajedrez, y al tercer movimiento, les hacen jaque mate.

Este grupo me fascina por la pasión y la entrega, aunque desgraciadamente, al posicionarse como marionetas, muchas veces, fracasen.

El tercer grupo quiere lo mismo que los otros dos: sexo y amor con piedrecitas interesantes. Este grupo es el que más mola, porque sienten como el dos pero controlan como el uno. Aquí el amor propio y el orgullo hacen de defensas infranqueables, y con la práctica, llegan a ser el uno.

Aunque estaría bien no teorizar frívolamente con estos temas.

También estaría bien que querer formar una familia con alguien especial no estuviese tan mal visto.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Tú paga, que yo sonrío.



Me gustan los hombres mayores. Están seguros de sí mismos y no tienen miedo de hacerte saber que les gustas.

Te admiran por tu condición de mujer joven y a la vez te rebajan comprando tu tiempo.

Algunas los llaman viejos verdes.

Yo no le veo nada de malo a disfrutar de la visión de la belleza femenina como si de un buen vino se tratase.

Es una relación simbiótica donde ambas partes obtienen lo que quieren.

Su conversación es siempre distendida e interesante.

Los hay que son verdaderos sibaritas con los que se puede compartir delicias sólo a su alcance.

Ya no tienen miedo al ridículo.

Ni problemas por pagar por lo que les gusta.

Ellos se sienten hombres.

Yo me siento reina.

sábado, 25 de septiembre de 2010

La energía sexual. Las relaciones 2.0. y la personalidad obsesiva-compulsiva

Científicos de Estocolmo estudian métodos para reducir el alto índice de suicidios en los países nórdicos. De ellos es el famoso ensayo sobre La Energía Sexual.

Además de placas solares, se insiste mucho desde el gobierno con campañas machaconas y subvenciones para todo adulto, en la necesidad de tener al menos un excelente encuentro sexual una vez a la semana. La energía, que ni se crea ni se destruye, es canalizada a través del orgasmo en una actitud positiva, enérgica y de confianza en el futuro. Dura 5 días.

Aquí en España, hay dos que no son científicos pero que ya sabían de ese efecto anti depresivo. Henry y yo. Él es más práctico y consecuente con su estabilidad energética. A mí a veces se me olvida, me dejo atrapar por un sofá y al cabo de un mes estoy que no me aguanto. Al igual que la dieta, hay que ser constantes. Dinero llama a dinero. Sexo llama a sexo. Hay que cuidarse, mantenerse elástico, terso, saludable y atractivos. Una persona que desestima el placer físico, es una persona no sana.

Lo que todavía no ha descubierto la ciencia es como puedo hacer para no obsesionarme después de una sesión maratoniana de amor líquido. Yo la teoría me la sé. Disfruto de mi cuerpo, del suyo, de la complicidad, del morbo, de lo sucio, de lo bonito, de cada mordisco y… llega un momento que pierdo el control. Ya no estoy en una cama con alguien. Estoy más allá. En un espacio temporal distinto. En el llamémosle, limbo del placer. Lo que percibo a través del tacto, la vista y el oído me transportan a un lugar que conozco bien porque es similar al que te llevan las drogas. Estás allí pero no estás allí. No he probado el mescal, aún, pero me da que es algo parecido. Hay un click donde dejas de ser un humano y te conviertes en tu animal totémico. A mi me sale el felino agresivo-suave. Creo que es el jaguar de la selva. Cuando el jaguar aparece, adiós convenciones, adiós control, adiós cuidado. La fuerza se multiplica. Me vuelvo agresiva. Necesito arañar, morder y rugir. Dan igual los daños colaterales. Tiene que haber una lucha a muerte para poder volver a mi forma humana. Y claro, como con las drogas, después de experiencias que alteran mi consciencia, tengo energía positiva para 5 días y un enganche de padre y muy señor mío.

Nací obsesiva. Ansiosa. Y crecí infantil. Lo quiero todo y lo quiero ya. Estoy en ello, en cambiarlo y tranquilizarme. Y cada vez lo hago mejor. Pero confieso que paso un período de una semanita borracha de hormonas. Me enamoro platónicamente. Y el mundo 2.0 no ayuda nada. Puto Facebook hace que sepa más información de la que conozco en realidad. Que extrapole teorías. Si además hay escritos por en medio en forma de blogs profesionales, o música hecha por él o lo que sea artístico, peor. Me enamoro virtualmente. Rollo efecto groupie de los 60’. Patético. Nada que no cure una buena dieta de distancia y trabajo concentrado, pero qué semanitas que paso. Este año me he enamorado locamente de 3. Un músico, un cineasta y un escritor. Ahora miro hacia atrás y me hace gracia, pero en esas semanas de sobredosis yo los quise y me hubiese ido a Waikiki sin dudarlo a empezar una vida familiar.

Las braguitas del mes especial domingo


Los de Inditex son líderes porque saben lo que nos gusta. Han acertado incluso conmigo, que soy rarita y odio ir de compras, y me han puesto una tienda dedicada, el Oysho. Allí venden ropa interior y pijamas que sirven también para salir a la calle. Colores pasteles, estampados de florecitas, material arrugable y suave. Tienen ropa que parece comestible de lo agradable que es.

Uno de los placeres de tener novio además del sexo matutino de los domingos, es ponerse su ropa ancha y sobretodo, sus calzoncillos boxer. Son cómodos y muy sexys. Y los de Inditex, que nos conocen muy bien, la han clavado. Han sacado una colección de pantaloncitos femeninos rollo boxer, misma forma, con botoncitos delante. Lo único que los diferencia de los masculinos es que son de colores cursis y de tacto tipo toalla muy cara. Son perfectos. Sirven para ir por casa, para dormir e incluso para bajar al bar de abajo y estar moderna a mi estilo, es decir despreocupada y mona. No, monísima!





viernes, 17 de septiembre de 2010

sudar elimina el alcohol

Estar a las 4 de la mañana en un local bastante serena es un hecho extraordinario que me sorprende y me da gratas sorpresas. Está claro que sudar como una loca elimina la ginebra, sino, no se entiende.

Ayer, además de disfrutar viendo el fascinante baile de apareamiento humano desde una prespectiva más realista de lo habitual, tener conversaciones lúcidas, concertar un par de entrevistas, encontrar una maquilladora para un trabajo que tengo y no despeinarme, oí frases maravillosas como:


- Vaya, me he dejado el diente en casa.

- madre mía, es mi fin, en este bar aceptan tarjeta de crédito.

- hoy necesito cariño con penetración.

Si pudiese pedirme un superpoder, me pediría parar el tiempo, pero si pudiese pedir dos, el segundo sería ser invisible, para poder observar sin molestar, toda la noche, conversaciones y personas en estricto directo real.

sábado, 11 de septiembre de 2010

El tempo.


Otras de las causas por las que hombres y mujeres no nos entendemos es debido al tempo. El tempo, en términos cinematográficos, es el ritmo interno que tiene una película. El ritmo en el cual se suceden los acontecimientos que hacen avanzar una narración.

Siguiendo este símil, los hombres tienen un tempo de película asiática, a lo Wong Kar Wai, o griego como el lentísimo Theo Angelopoulos, que para explicar que se siente confundido, usa tres horas y cuarenta minutos de metraje.

Las mujeres, todo y la sutileza que las caracteriza en sus movimientos hacia la seducción, esperan y están cómodas en un tempo similar a la jungla de cristal 4. ¿Bases medio asentadas? Sí. ¿El chico nos gusta? Sí. ¿Pene aceptable? Sí. ¿Tiene madera de padre genético? Afirmativo. Okey, pues abróchense los cinturones que despegamos.

Y claro, así no hay quién se encuentre.

Chico y chica se conocen en lugar X. Chica espera que chico llame para invitarla a salir porque ha habido muy buen rollo ese día, pongamos por caso, un domingo. Chico, que tiene unas 500mil cosas en la cabeza más un miedo atroz a coleccionar otro no, se lo piensa y tarda una semana en dar señales de vida. Chica el lunes, ya se ha hecho ilusiones, el martes se ha empezado a impacientar, y el miércoles llora desconsolada. El jueves está muy enfadada y jura que nunca más. El viernes se va de compras y sale con sus amigas, esa noche conoce a otro. El sábado, cuando Chico 1 la llama para invitarla a un sitio genial ni siquiera obtiene respuesta. Y así vamos, pura casualidad que en algún momento coincidamos.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Tareas aburridas



Conducir.

Regar las plantas.

Barrer.

Quitar el polvo.

Ducharte cuando has madrugado mucho.

Comer verdura.

Esperar en el Banco a que te atiendan.

Ir a una tienda de telefonía móvil y esperar de nuevo.

Hablar con tus padres.

Estar en casa de alguien con el que debes bajar a la calle y que tarde 15 minutos en estar listo a partir del momento que ha dicho “ya estoy, vámonos”.

Que tu interlocutor esté pendiente del móvil o peor aún, lo atienda mientras está contigo.

Corregir unas cartelas para alguien que nunca estará satisfecho con el resultado.

Que te digan: “el sábado que viene salimos y nos emborrachamos”.

Escucharme cada día.





Costumbres patéticas

Incluso del mayor imbécil del mundo es posible aprender algo. Del top one de mi rangking personal entendí que muchas de las acciones que hacemos las perpetramos para no salir del bucle victimista en el que estamos tan confortablemente sumidos. Por ejemplo, un bucle femenino: me gustaría estar con un chico pero me veo gorda y eso me hace sentir insegura así que mejor me quedo en casa viendo la tele y comiendo chocolate porque estoy deprimida y mañanavueltaalomismo. Coño, si te ves mal, haz algo al respecto y estarás mejor.

Otras costumbres patéticas:

Comprar algo en el súper o en el paki por la noche para hacer “el gasto” del día.

Dejar los platos sin lavar al mediodía para tener “algo que hacer luego”.

Mirar las estanterías de la farmacia como si fuesen la mejor editorial de moda de la historia.

Mirar más de 4 veces al día el estado del Facebook de ese para el cual eres invisible.

Quedarte en casa un sábado por la noche a lo Bridget Jones comiendo helado y auto compadeciendote.

Que tu única salida de casa en 24 horas sea un paseo de 15metros para tirar la basura.

Que un valium 10mg sea tu mejor plan del fin de semana.

Dejadme en paz.




El termómetro marca 35.8ºC. Es jueves; o viernes. He dormido 10 horas. Ayer 12 y antes de ayer 10 de nuevo. No he bebido. No me he drogado, sólo he fumado unos pitillos a última hora.

Soy un espécimen del sexo femenino de casi 33 años.

No encuentro ninguna excusa, ni en el fondo de mi cuento imaginativo, que justifique porque no puedo salir de la cama. He hecho varios intentos: para tomar café. Para encender el equipo de música. Incluso me he lavado los dientes, pero enseguida el hastío me ha devuelto a la posición horizontal, envuelta en la seguridad que da esta alcoba lejos de todo. Nadie sabe dónde vivo ahora. Los dueños de este lugar están a 7.000km incomunicados. Es mi ermita mediterránea. Mi cueva con luz.

Tengo un sueño recurrente muy placentero: en él, tengo una habitación espaciosa, en una casa victoriana, rodeada por un inmenso jardín-bosque cuidado y poco frondoso. Es un sitio silencioso, tranquilo. No hay rutinas ni obligaciones, sólo comida sana y compañía si la deseas para pasear. Tampoco hay Internet, ni teléfonos, ni televisor, ni radio, ni objetivos que cumplir ni metas a las que llegar. Es lo que antaño se llamaba “Casa de reposo”. Allí estoy bien. Aislada, como los viejos, los subnormales y los locos. Sin tener que pedir perdón por no tener ganas de levantarme para ir a buscar un trabajo de mierda y así poder sustentar este modelo de vida. Es que estoy muy mimada. O quizá es que no me gusta hacer nada. Además soy muy quejica; con la suerte que tengo.

La vida no tiene ningún sentido a no ser que tú te inventes uno.

“No sabes dónde te va a llevar la vida en unos años”, otra mentira. Te va a llevar a un agujero oscuro y húmedo, sólo que será maravilloso porque estarás dormido, inconsciente, insensible, para siempre. Muerto.

Los químicos son muy listos. Al igual que las pastillas anticonceptivas te quitan por completo la líbido, con la fluoxetina a largo plazo, programaron que eliminara las ganas de hacer nada. Nada de nada. Cero. ¿Como vas siquiera a intentar suicidarte cuando la sola idea de pasar por la ducha te deja exhausto?

El retiro pues me parece un trato justo para todos los implicados.




jueves, 9 de septiembre de 2010

El equilibrio de la regla del 7



Esta teoría levanta ampollas allí donde es escuchada. La tildan de superficial, banal, frívola y otras muchas descalificaciones. Tiene toda la pinta, pero allí va:

La regla del 7 dice: Para que una pareja funcione, en una escala del 1 al 10, una mujer 7 debe salir con hombres, como mínimo, un punto por debajo de ellas.

Esa escala, varía de hombres a mujeres.

En la de mujeres, 10 es la belleza absoluta. Rasgos dulces y armoniosos en el rostro, pelo sedoso y brillante, y un cuerpo terso, estilizado y generoso de curvas. Mujeres como Anita Ekberg, Miranda Kerr, Claudia Cardinale o Michelle Pfeiffer (según mi padre) son ejemplos de belleza insultante e indiscutible. En el 9 y en el 8 se sitúan mujeres que por sus “imperfecciones” son notables: mucho pecho, largas piernas desproporcionadas, sensualidad a flor de piel. La hermosura, por mucho que pese, sigue siendo el rasgo común. En el 7 encontramos grandes personalidades con una belleza a pulir.

En cambio en hombres, la escala es un compendio de talentos, recursos, y por último, físico. Un hombre desaliñado, divertido, sensible, artista, con dinero y no muy agraciado podría ser hasta un 7. En cambio un guaperas con abdominales talladas a fuego, segurata de discoteca y con graves problemas de vocalización es como mucho un 3.

Por definición, las féminas somos más bellas y por eso, supongo, de un modo intrínseco, las mujeres (o al menos yo) necesitamos sentirnos deseadas, únicas, admiradas y respetadas. Es fácil: si no hay deseo, no hay pareja.

Ellos a su vez, están programados para sentirse atraídos por los signos más llamativos de la fertilidad: juventud, simetría, un diámetro concreto de cadera, pechos y un largo etcétera según el gusto del consumidor.

Nosotras valoramos otros aspectos: los recursos, el carácter, los talentos o sus ganas de tener un hijo pesan mucho más que el aspecto físico.

Obviamente, las excepciones existen. Pero fíjense, ¿cuantas parejas conocen dónde la mujer es mucho más bella que el hombre pero él es “genial” en alguno de los aspectos citados?

miércoles, 25 de agosto de 2010

Adiós Piso Verde!

En mi etapa pragmática, hacía ver que las cosas no me afectaban. Ni las personales, ni las materiales. Perdía mi único jersey de invierno y pensaba, bueno, es sólo un jersey. Por mi vida pasaban personas como si fuesen el jersey de invierno, y claro, cuando ya no las tenía cerca, me enfadaba mucho. Me enfadaba sobretodo por no haber reconocido a tiempo lo feliz que me hacían y más, por tener que elaborar el duelo de su pérdida meses después.

Suelo etiquetar de un modo cariñoso a mi manera, a las cosas y a las personas. He ido de viaje con John The Hunter, con Princess of the dessert y hace poco, con Rubia Preciosa. He montado una Silver Surfer, un Forfy y hoy, me toca despedirme del Piso Verde.

Me acuerdo como si fuese ayer de la primera vez que entré. Estaba muy disgustada porque quería ir a vivir con mi pareja de entonces y él opinaba que a sus 30 años, tenía que sentir cómo se lo montaba solo en su primer piso. Un amigo me ofreció un piso de alquiler para jóvenes a estrenar, a un precio irrisorio: 200 euros. Fuimos a verlo una tarde de noviembre. Estaba en una zona invisible de la ciudad, cerca de nada. El edificio, un mastodonte de nueva construcción de estilo carcelario, coronaba esa manzana. Séptimo piso. Cuarta puerta. 35 metros vacíos de paredes, suelo y complementos todos en gama de verdes. Estuve llorando a moco tendido toda la visita y los dos días siguientes. Me pareció horroroso.

Me mudé con lo mínimo pensando que sería sólo de paso. Mi novio de entonces se replanteó vivir conmigo cuando tomé la decisión. Demasiado tarde. Ficha movida.

He pasado 6 años en un piso verde pequeño, aislada y sola. Durante mucho tiempo lo viví como un castigo, una penitencia a no sé que pecados. Por otro lado aquí he conseguido ser una persona independiente, fuerte, que por fin, no da explicaciones a nadie por su modo de vida. También me ha hecho apreciar la compañía y el compartir con otras personas como algo necesario en mi vida. Creo que le he dado una buena vida, juntos hemos pasado de todo: amores, reuniones Cicatriz, un videoclip y un sinfín de lecturas.

El lunes me marcho para siempre. Sin destino de momento. Con planes. Y 25 cajas llenas hasta arriba de no se qué cosas acumuladas.

Adiós Piso Verde.

Echaré de menos tu luz. El silencio. Las puestas de sol. La intimidad. Mis vecinos maravillosos. El bar de la esquina. El chino elegante. Y poco más, porque la verdad, es que escribo estas líneas con pena y susto por el cambio pero vivir sola y apartada tanto tiempo me parece un castigo innecesario.


domingo, 15 de agosto de 2010

Los 30 son los nuevos 20

El día que cmplí 30, lejano ya me cago en todo, monté un fiestón a la altura de tantas noches con reputación. A las 5 de la mañana no podía más y me largué. Antes de subir al taxi me encontré con una periodista, que más tarde sería una pope de lo más fashion en Barcelona, y que me dijo al felicitarme:

- Tranquila, los 30 son los nuevos 20.

Patapam.

“Los 30 son los nuevos 20”.

Uau. Qué frase.

Me aferré a ese eslogan como a quién le va la vida en ello. No cumplía 30, sino 20. Uf, menosmal. No era tan grave dejar una relación de 5 años. Estaba a tiempo de hacer otra carrera, dar la vuelta al mundo, seguir bebiendo, trasnochando, disfrutando de la vida ligera; todavía tenía muchísimo tiempo para perder. Ale, a dormir tranquila esa primera semana.

No me extrañaría nada que el maquiavélico e hiperinteligente del Segarra fuese quién ideó y lanzó tan tremendo claim, que viene a decir que la sociedad en el siglo XXI ha cambiado, se ha retrasado, y que por arte de magia, sigues siendo veinteañero.

“Los 30 son los nuevos 20”. Argh. Cómo detesto esa frase.

A ver, los 30 no son los 20. Ni quiero que me paguen una mierda, ni me interesan más los rollos de una noche, ni aguanto las resacas, ni quiero comer mierda. Tengo 32 años, soy una mujer, no una veinteañera. Quiero y estoy preparada para realizarme como persona. A la puta mierda todos los niñatos que con 30 años se van de casa. A tomar por culo todos los niños y niñas de papá que sólo piensan en ellos. Exterminación directa a quién pretenda darme trabajo por 1.000euros. A mi no me habléis más de drogas, ni de gilipolleces tipo no sé que es el amor. Anda ya. Yo trabajo desde los 15 años. A los 24 ya había vivido en 3 continentes distintos y hace mucho, mucho tiempo que vivo independizada económicamente. Que nadie se lleve una sorpresa si conozco a un “chico” que pretende ligar conmigo y al decirme que vive con sus padres, me largo. A mi me gustan los adultos, tengan 25, 30, 38 o 53. Personas responsables de su vida con valores acordes. No las tonterías de los adolescentes. Somos la sociedad con la pubertad más larga de la historia: 20 años, de los 14 a los 34, incluso hay algunos que lo alargan más. Basta. Y más como mujer. No eres la misma con 24 que con 34. Para nada. Y quieres cosas distintas.

Publicistas, inmobiliarias y políticos, sois todos escoria.