viernes, 23 de julio de 2010

Mujer blanca soltera busca...

- Que te apuntes.

- Que no. Eso es de loosers.

- ¡Qué dices!. Estamos en el siglo XXI. Hay que utilizar todos los medios. Yo estoy apuntado.

- Tú eres un salido. Además, vale dinero.

- Te lo pago yo.

- ¡Sí hombre, y que más! Tirarás el dinero. No funcionará, soy más exigente que tú.

- Lo sé. También te redactaré el texto, ya verás. Eso o nos vamos de marcha ahora mismo hasta las 8 de la mañana.

- Vale, me apunto. Pero no me escribirá nadie con lo que voy a pedir.


Al final lo pagué y lo escribí yo.

Aunque un mes más tarde, tengo que reconocer que estoy sorprendida con el asunto este de las páginas de contactos por Internet. Todo y que mi anuncio solicita a un intelectual, científico, humorista, atractivo, seguro-pero-sensible, joven, sin hijos, a unos 20km de mi domicilio y muchas más cualidades, está claro que la esperanza es lo último que se pierde. Cada día me levanto con por lo menos 5 emails de presentación y un par de cartas amor. A cual más original o trabajado. Creo que es lo más parecido que hay a tener fans; Ellos le escriben a su bella postal, yo me envuelvo de bonitas palabras. Y todos tan contentos con nuestras idílicas, lejanas, platónicas, virtuales e inofensivas relaciones epistolares!


Ya lo estoy viendo, pronto tendremos nuestro novio del Messenger, un rollo en el meetic, coqueteos con varios en el Factbook y sexo exclusivo con un artefacto parlante.


Viva el siglo XVIII en el XXI. Viva.



Nota: Queridos Henry y Rubia Preciosa, que sepais que empiezo ya mis pinitos en la ficción, así que espero no os moleste que coja hechos o anécdotas reales y las transforme en pos de la dramatúrgia.


Encuentros en la tercera frase


- Hola, me llamo Dani.


- ¿Qué tal? Yo soy Gina.


- ¿Nos vamos a mi casa?


- (sonrisita) uy, menos mal, pensaba que no me lo pedirías nunca.


Este chiste, muy bien dibujado por Aleix Saló (La generación burbuja, Glénat 2009) explica con sorna cómo van hoy las relaciones, son aquí te veo, aquí te follo. Casi. O sin el casi.

Pues bien, a mi como no me funciona este ritmo endiablado para mis grandes planes, y sobretodo, se me hace muy raro no saludar a la gente que he visto desnuda, me vuelvo a unos años para atrás. En vez de ir al súper, compraré semillas. Sembraré y esperaré pacientemente a que crezca mi cosecha. Mientras, como tendré tanto tiempo libre, expondré mis superficiales quebraderos de cabeza aquí o por teléfono.


Para conocer más de Aleix Saló pinchar aquí


Su primera exposición CervezaBierAmigo aquí


su tira "política"


pd.- análisis de los encuentros "pim-pam":


Además, pensemos: con tres copas en el cuerpo (sin sumar el vino, las cervezas y quizá los chupitos de antes), humo a tutiplén, dolor en los pies, olor corporal a calle sucia y dificultad en el habla y el equilibrio, es complicado centrarse en el ejercicio. Sería mejor dar una tarjeta de “llámame mañana” pero claro, el día siguiente, serena, implica visión óptima y muchas exigencias, es decir, pocas probabilidades de tener sexo. Por otra parte irse a la cama ipsofacto con el desconocido de turno tiene consecuencias: por un lado, la posibilidad de levantarse con un fragel, y el susto que eso conlleva. Por otro, que sea alguien que nos guste, y mal de nuevo, porque el papelón de la noche anterior es difícil de querer recordar, así que pasamos a hacer ver que esto no ha pasado nunca.

Mi teoría se cae si es un encuentro en la tercera frase sin tóxicos mediante. Eso es sexo salvaje en estado puro. Eso vale. No sé qué ocurre después porque nunca me ha pasado, pero lo investigaré!


miércoles, 14 de julio de 2010

¿Llamo o no llamo?


Este va a ser un post digno del Cosmopolitan. Parece generalista, superficial, barato y supongo que mil cosas más, pero a mi me parece un axioma que deberían inculcar a las niñas desde que nacen por su propio bienestar emocional.

"Seducción y del Amor" , escuelas de pensamiento actuales:

1.- "El todo fluye", "Carpe Diem", "Los tiempos están cambiando", "A la mierda el orgullo", y otras habladurías de esta índole.

2.- "Estrategia","Paciencia-o no empujes el río", "Eres lo que haces, no lo que dices", o dicho de otro modo: ensayo-prueba-error.


Razones para NO llamar a un hombre que te gusta mucho (y con el que todavía no sales)

1.- estás borracha.
2.- estás deprimida.
3.- estás desesperada por afecto.
4.- estás desesperada por sexo.
5.- piensa en cómo te vas a sentir si: a) no contesta y b) te da una excusa barata.
6.- eres el solomillo coño. Los solomillos no llaman. Esperan.
7.- La dignidad de la autoestima. ¿Cómo la llevas? ¿en un 10 sobre 10? No la dejes caer.
8.- el orgullo, tu mejor amigo.
9.- ¿de verdad crees que no tiene tu número o no sabe usar un móvil?
10.- las tarifas están por las nubes.

Razones para llamar a un hombre

1.- es tu padre y tiene que ayudarte con algo.
2.- es tu jefe y quieres un aumento de sueldo.
3.- es tu marido y estás embarazada de 5 meses.
4.- es un ligue de discoteca que sabes que te da absolutamente igual.
5.- es tu colega.
6.- y no hay más.


Piensa. Detrás de esa urgencia de llamada hay un deseo de sexo y/o afecto. Valora qué quieres de esa persona. Qué tipo de relación quieres establecer. Piensa en el marcador de juego. Y decide sabiendo que si a un hombre le interesa una mujer, por muy tímido-inútil que sea, mueve el culo. Olvídate de gente que no te quiere, el amor telepático es una puta mierda, disfruta tu tiempo con los que sí te reclaman!

Ante la pregunta ¿llamo o no llamo? la respuesta es muy sencilla: No. Bajo ningún concepto.


StoneWoman

Abro los ojos. Me despierto despacio. He descansado todo lo que tenía que hacerlo e incluso más.


Rodeando mi cama por un lado están mis amigos, no muchos, sólo los más cercanos. En el otro lado están mis padres y mi hermana. Es una habitación de hospital con pocos aparatos. La luz es tenue aunque. Mi madre llora. Me gustaría decirle que está todo bien, que no tengo ninguna queja en ese momento, que sólo siento tranquilidad y una profunda paz pero no tengo fuerzas para hablar. La miro con cariño.


Puedo oír como mi ritmo cardíaco se está ralentizando. Los latidos son suaves y sostenidos en el tiempo como una nota musical. Noto como la sangre circula por las venas a cámara lenta. Los párpados me pesan . Ya está, esto se va a terminar y sólo siento agradecimiento. Me parece hasta un momento dulce.



Mi corazón se para. Ya no siento nada. Me fundo a negro.



Tres días más tarde me voy para casa. Al pasar por un escaparate, paro y apenas reconozco el reflejo: estoy más mayor, distante, rígida, pálida.

Percibo cada detalle de los gestos de las personas con las que me cruzo. Distingo la ternura, el hastío, el cariño, la protección y el cansancio pero no me provocan ninguna emoción.

Reconozco a mis padres y vuelvo a encontrarme con algún amigo. Los siento distantes. Lejanos.

Es mediodía. Las noticias están revolucionadas por un accidente ferroviario. Catorce personas han sido arrolladas por un tren cerca de la costa. Imagino el punto de vista de los que lo vieron desde el arcén. Casi disfruto. La gente llora.

Un hombre se ha fascinado conmigo esta noche. Tiene cualidades que valoro, por eso lo consumo como si fuese una revista barata, y lo tiro.

Sigo mi vida según las reglas impuestas. Aunque ahora, no doy nada. Y necesito mucho menos.