- Hola, me llamo Dani.
- ¿Qué tal? Yo soy Gina.
- ¿Nos vamos a mi casa?
- (sonrisita) uy, menos mal, pensaba que no me lo pedirías nunca.
Este chiste, muy bien dibujado por Aleix Saló (La generación burbuja, Glénat 2009) explica con sorna cómo van hoy las relaciones, son aquí te veo, aquí te follo. Casi. O sin el casi.
Pues bien, a mi como no me funciona este ritmo endiablado para mis grandes planes, y sobretodo, se me hace muy raro no saludar a la gente que he visto desnuda, me vuelvo a unos años para atrás. En vez de ir al súper, compraré semillas. Sembraré y esperaré pacientemente a que crezca mi cosecha. Mientras, como tendré tanto tiempo libre, expondré mis superficiales quebraderos de cabeza aquí o por teléfono.
Para conocer más de Aleix Saló pinchar aquí
Su primera exposición CervezaBierAmigo aquí
su tira "política"
pd.- análisis de los encuentros "pim-pam":
Además, pensemos: con tres copas en el cuerpo (sin sumar el vino, las cervezas y quizá los chupitos de antes), humo a tutiplén, dolor en los pies, olor corporal a calle sucia y dificultad en el habla y el equilibrio, es complicado centrarse en el ejercicio. Sería mejor dar una tarjeta de “llámame mañana” pero claro, el día siguiente, serena, implica visión óptima y muchas exigencias, es decir, pocas probabilidades de tener sexo. Por otra parte irse a la cama ipsofacto con el desconocido de turno tiene consecuencias: por un lado, la posibilidad de levantarse con un fragel, y el susto que eso conlleva. Por otro, que sea alguien que nos guste, y mal de nuevo, porque el papelón de la noche anterior es difícil de querer recordar, así que pasamos a hacer ver que esto no ha pasado nunca.
Mi teoría se cae si es un encuentro en la tercera frase sin tóxicos mediante. Eso es sexo salvaje en estado puro. Eso vale. No sé qué ocurre después porque nunca me ha pasado, pero lo investigaré!
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