miércoles, 13 de octubre de 2010

Fuck you. O el bonito arte de soltar lastre.


Ya hace un par de años que mandé el listón a la mierda. Y un par de meses desde que me dieron el alta. Así que no soy yo. Esta ciudad esta maldita.

J, gran amiga, es también una mujer preciosa. De 50 proporcionados kilos, larga melena ondulada, ojos verdes y muchas pecas, es también una periodista de éxito.

Al revés que el 99% de mi entorno femenino, ella quiere sexo sin compromiso y risas sin final. Para ello utiliza toda su gracia, que es mucha, con resultados de lo más extraños. Recuerdo un día que estábamos en una discoteca donde sólo ponen rock’n’roll y es famosa por ser el sitio dónde acaban los borrachos que no quieren dormir solos (como nosotras), que se estaba dándose besos con uno. Hasta ahí, nada nuevo. Cerraron y en la puerta al despedirnos el grupo que habíamos ido daba su lugar en el taxi como perdido, pero no. Al final J subió conmigo, y me contó que el chico la había mandado a casa porque él el primer día que conoce a alguien por norma no mantiene relaciones sexuales. Pensé qué que suerte la suya, una persona con ritmo tranquilo e interesante, pero no volvieron a verse. Bueno, quizá no le gustase lo suficiente. Archivamos el caso.

Tiempo más tarde conoció a otro que me presentó. El chico estaba entusiasmado. Salieron un par de veces y ambas la acompañó hasta la puerta de casa despidiéndose recatadamente. Bueno, otro de tempo lento. Bonito.

Por fin un día subió a su casa, pero a la hora de irse a la cama él le sugirió pasar la noche durmiendo abrazados. Qué romántico pensaba yo de nuevo mientras ella me lo explicaba subiéndose por las paredes. Tres intentonas más sin resultados sexuales ya empecé a sospechar. Esto no es normal. Aquí pasa algo raro.

Amigas enganchadas a una posible respuesta. Mujeres desesperadas por migas de afecto. Catalanes extraterrestres. Curvas sin acariciar. Períodos de abstinencia absurdos.

Y encima, que pase noviembre! Con su frío, sus lluvias y su gris monotema.

A ver, chicas, ya tenemos mucho aprendido: el solomillo, la teoría del cazador y la ley de la oferta y la demanda. Yo me niego a picar más piedra. Me largo de aquí.

Señor inglés que insistes en verme: there i’ll go.

Viaje repentino a Alemania: en calendario.

Extraño trabajo en Madrid para invierno: sí a todo.

Lo reconozco: me marcho en busca de acción.

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