miércoles, 25 de agosto de 2010

Adiós Piso Verde!

En mi etapa pragmática, hacía ver que las cosas no me afectaban. Ni las personales, ni las materiales. Perdía mi único jersey de invierno y pensaba, bueno, es sólo un jersey. Por mi vida pasaban personas como si fuesen el jersey de invierno, y claro, cuando ya no las tenía cerca, me enfadaba mucho. Me enfadaba sobretodo por no haber reconocido a tiempo lo feliz que me hacían y más, por tener que elaborar el duelo de su pérdida meses después.

Suelo etiquetar de un modo cariñoso a mi manera, a las cosas y a las personas. He ido de viaje con John The Hunter, con Princess of the dessert y hace poco, con Rubia Preciosa. He montado una Silver Surfer, un Forfy y hoy, me toca despedirme del Piso Verde.

Me acuerdo como si fuese ayer de la primera vez que entré. Estaba muy disgustada porque quería ir a vivir con mi pareja de entonces y él opinaba que a sus 30 años, tenía que sentir cómo se lo montaba solo en su primer piso. Un amigo me ofreció un piso de alquiler para jóvenes a estrenar, a un precio irrisorio: 200 euros. Fuimos a verlo una tarde de noviembre. Estaba en una zona invisible de la ciudad, cerca de nada. El edificio, un mastodonte de nueva construcción de estilo carcelario, coronaba esa manzana. Séptimo piso. Cuarta puerta. 35 metros vacíos de paredes, suelo y complementos todos en gama de verdes. Estuve llorando a moco tendido toda la visita y los dos días siguientes. Me pareció horroroso.

Me mudé con lo mínimo pensando que sería sólo de paso. Mi novio de entonces se replanteó vivir conmigo cuando tomé la decisión. Demasiado tarde. Ficha movida.

He pasado 6 años en un piso verde pequeño, aislada y sola. Durante mucho tiempo lo viví como un castigo, una penitencia a no sé que pecados. Por otro lado aquí he conseguido ser una persona independiente, fuerte, que por fin, no da explicaciones a nadie por su modo de vida. También me ha hecho apreciar la compañía y el compartir con otras personas como algo necesario en mi vida. Creo que le he dado una buena vida, juntos hemos pasado de todo: amores, reuniones Cicatriz, un videoclip y un sinfín de lecturas.

El lunes me marcho para siempre. Sin destino de momento. Con planes. Y 25 cajas llenas hasta arriba de no se qué cosas acumuladas.

Adiós Piso Verde.

Echaré de menos tu luz. El silencio. Las puestas de sol. La intimidad. Mis vecinos maravillosos. El bar de la esquina. El chino elegante. Y poco más, porque la verdad, es que escribo estas líneas con pena y susto por el cambio pero vivir sola y apartada tanto tiempo me parece un castigo innecesario.


1 comentario:

Unknown dijo...

Què tal proven els primer dies de reinserció? :)