viernes, 10 de septiembre de 2010

Dejadme en paz.




El termómetro marca 35.8ºC. Es jueves; o viernes. He dormido 10 horas. Ayer 12 y antes de ayer 10 de nuevo. No he bebido. No me he drogado, sólo he fumado unos pitillos a última hora.

Soy un espécimen del sexo femenino de casi 33 años.

No encuentro ninguna excusa, ni en el fondo de mi cuento imaginativo, que justifique porque no puedo salir de la cama. He hecho varios intentos: para tomar café. Para encender el equipo de música. Incluso me he lavado los dientes, pero enseguida el hastío me ha devuelto a la posición horizontal, envuelta en la seguridad que da esta alcoba lejos de todo. Nadie sabe dónde vivo ahora. Los dueños de este lugar están a 7.000km incomunicados. Es mi ermita mediterránea. Mi cueva con luz.

Tengo un sueño recurrente muy placentero: en él, tengo una habitación espaciosa, en una casa victoriana, rodeada por un inmenso jardín-bosque cuidado y poco frondoso. Es un sitio silencioso, tranquilo. No hay rutinas ni obligaciones, sólo comida sana y compañía si la deseas para pasear. Tampoco hay Internet, ni teléfonos, ni televisor, ni radio, ni objetivos que cumplir ni metas a las que llegar. Es lo que antaño se llamaba “Casa de reposo”. Allí estoy bien. Aislada, como los viejos, los subnormales y los locos. Sin tener que pedir perdón por no tener ganas de levantarme para ir a buscar un trabajo de mierda y así poder sustentar este modelo de vida. Es que estoy muy mimada. O quizá es que no me gusta hacer nada. Además soy muy quejica; con la suerte que tengo.

La vida no tiene ningún sentido a no ser que tú te inventes uno.

“No sabes dónde te va a llevar la vida en unos años”, otra mentira. Te va a llevar a un agujero oscuro y húmedo, sólo que será maravilloso porque estarás dormido, inconsciente, insensible, para siempre. Muerto.

Los químicos son muy listos. Al igual que las pastillas anticonceptivas te quitan por completo la líbido, con la fluoxetina a largo plazo, programaron que eliminara las ganas de hacer nada. Nada de nada. Cero. ¿Como vas siquiera a intentar suicidarte cuando la sola idea de pasar por la ducha te deja exhausto?

El retiro pues me parece un trato justo para todos los implicados.




No hay comentarios: