lunes, 1 de febrero de 2010

Al cine con Manuela: Chérie

El domingo fui a ver Chéri con Manuela.

La peli va de la Michelle Pfeiffer, que se supone que había sido puta de lujo toda su vida y entrando en los cuarenta y algo, se reencuentra al joven hijo de una amiga (el Chérie del título), también ex puta de lujo. El chaval, guapo y rico, con 20 años estaba falto de emociones. El vacío lo llenaba con noches de alcohol, opio y mujeres, hasta que se enrolla con la Pfeiffer.

Se enamoran locamente porque conectan muy bien, tienen la magia de los que se encuentran en el momento adecuado viviendo algo real y compartido. Ella, que siempre había utilizado a los hombres, lo mete en su casa durante 6 años, y él un día, le anuncia que su madre lo va a casar con una joven y rica heredera y que se larga dos semanas de luna de miel, y de paso le pregunta que si vendrá a la boda como quién pregunta si lo acompañará al dentista.

Michelle, pura elegancia y contención, hace media mueca y lo manda a casa de su madre . Le pide que no sea muy cruel con la jovencita. Luego hace las maletas y se larga a Biarritz a intentar olvidar y llorar sin ser vista.

Yo miro a Manuela sin entender nada, y ella me explica que montar numeritos y enfadarse histéricamente no sirve de nada. Que es mejor guardarse muy bien el orgullo y esperar. Yo me quedo maravillada ante tanta contención y apunto sus palabras.

Chéri vuelve aburridísmo de su luna de miel y desespera al saber que Michelle se ha marchado. No ha dicho ni dónde va ni con quién, así que supone que se ha marchado con un nuevo amante y esa idea lo atormenta hasta lo más profundo de su ser. La madre de Chérie, la más arpía de las arpías del mundo pero que no soporta ver sufrir a su hijo, manipula a sus contactos para hacer volver a la Pfeiffer haciéndole creer que su hijo está loco por verla.

Ella vuelve y él irrumpe en su casa de madrugada indignado. Discuten un poquito y él se rinde a sus pies, ella le perdona todo porque sigue enamoradísima del chico. Se pasan la noche dándoselo todo e imaginado un futuro juntos, lejos de todo el mundo. Pero al día siguiente Cherie le insinúa de mantenerla a la vez que a su mujer. Y aquí la Pfeiffer lo manda a tomar por culo. Él se indigna y le recrimina que es igual que su madre, una posesiva que lo quiere sólo para ella y que no lo quiere incondicionalmente. Se larga casi llamándola vieja.

La peli acaba que él crece y se da cuenta de lo que tuvo. Que amó de verdad y que le amaron. No soporta la verdad y se quita la vida con una pistola.

Lecciones extraídas:

1.- El orgullo en una mujer es importantísimo. Hay que cuidarlo.
2.- Las escenitas, a largo plazo, no sirven. Es mejor una retirada digna.
3.- El Chérie, como otro que yo me sé, pretenden que los quieran incondicionalmente a cambio de su compañía, pareciéndoles ésta, premio más que suficiente.
4.- Una vez la magia se rompe, no hay nada que hacer.

1 comentario:

Z dijo...

De acuerdo completamente con tu ultima premisa.