lunes, 22 de febrero de 2010

No al spinning

Tengo un amigo que nunca ha querido tener novia y en vista de mis mil preguntas, me ponía este ejemplo:

Para mí es como jugar al Mario Bros, me decía. Lo divertido es ir de pantalla en pantalla pasando los diferentes obstáculos, porque una vez llegas al castillo y salvas a la princesa, se acaba el juego.

Yo, puesto así sobre un papel, pues lo entendía. Claro, luego tienes a la princesa y se acabó el jugar, luego viene La Nada.

Es lo que tiene teorizar, poco que ver con la práctica.

Pasó el tiempo y tuve otro amigo que quería muchas experiencias sexuales pero sin compromiso. Poco a poco se fue dando cuenta que sus encuentros se limitaban a pocas veces con la misma mujer, porque ellas querían profundizar. No sé porqué, lo llamaré Naturaleza, pero suele ser así. Sentada en una silla, escuchándole, también entendía a éste.

Luego conocí a uno que iba de místico y comprometido con el planeta y me habló del gran mal de este mundo: la gratificación instántanea. El gran daño que nos ha hecho el querer algo y tenerlo inmeditamente. Cosas tan simples como la luz, el agua caliente, la comida... cualquier deseo que tengamos estamos acostumbrados a cubrirlo al instante, y no soportamos la frustración de que no sea así. Fue éste mismo el que me habló del poliamor, una manera de follar con distintas mujeres repetidamente durante el año sin establecer un vínculo exclusivo ni comprometido con ninguna de ellas. Lo que se llama hoy en día "tener folla-amigos". Etiqueta vulgar donde las hayan. Ya desde ahora, declaro que este era el más imbécil de todos.

Yo he tirado varios años de mi vida por no pensar y hacer cosas sin escucharme y anestesiada. Lo bueno de haber perdido tanto el tiempo es que ahora sí sé porqué hago las cosas y qué quiero.

Por ejemplo, tengo muy claro que no me gusta el spinning. Es estúpido ir a un cubículo a sudar. Me gusta hacer ejercicio al aire libre, probar distintas disciplinas que me aporten conocimientos interesantes, como en la danza, o risas, como en el patinaje, o sentirme libre, como con la bicicleta. Prefiero dedicar mis horas de manera que tengan un sentido y una consecuencia. ¿Qué sacas de dos años haciendo spinning? poco. ¿Qué sacas de dos años haciendo danza o tai chi? técnica. Y la satisfacción de hacerlo cada vez mejor.

Pues lo mismo para el sexo. ¿Qué saco de acostarme borracha con un cualquiera? pues poco: una resaca y el susto de levantarme con un fragel rock.

El otro día leí un cómic de un chico catalán que resumía muy bien esto que trato de explicar. La página se titulaba: "Encuentros en la tercera frase" e iba más o menos, así:

- Hola, cómo te llamas?

- Gina.

- Vamos a mi casa a darnos un revolcón?

- Uf menosmal, pensaba que no me lo ibas a pedir nunca.


Yo paso. Prefiero tirarme seis meses sin follar y luego explayarme con uno, profundizar, intimar, llegar a sitios insospechados, que hacer spinning.





1 comentario:

Anónimo dijo...

jua jaus juas

Qué gusto leerte titi

g